Verde claro
Entró el hombre en la frutería:
—Buenos días señora. ¿Tendría usted melones?
—No es tiempo caballero —contestó la frutera— pero tengo unas manzanas
muy frescas.
El hombre se quedó pensativo.
—¿Me deja probarlas?
—Como guste.
Al sentir que el hombre le tocaba los pechos; la tendera echó el cerrojo
de la frutería. ©
Negro
La luciérnaga volaba descuidada entre la frondosa hierba de la rivera;
como no veía nada decidió encender su trasero. Esto la molestaba enormemente,
porque además de atraer a machos incandescentes de su misma especie, atraía
también repugnantes mariposas nocturnas hipnotizadas por su luz.
Encendió su bombilla trasera y vio que sobrevolaba el rio. Nunca había llegado tan lejos.
Apagó su linterna, entre otras cosas, también para ahorrar combustible.
El trompazo contra la barca que pescaba cangrejos de río la tiró al agua.
Con las alas mojadas y el culo encendido, lanzaba señales de SOS a las
mariposas nocturnas. La bombilla se apagó y las nocturnas se fueron. ©
Blanco
—Esta niña tiene fiebre. —Dijo el doctor a la enfermera— Póngale el
termómetro.
La enfermera le colocó el bolígrafo “bic normal” en la axila.
—Cuando suba la tinta, avíseme enfermera. ©
Gris
—¿Cuándo empezarás tu obra?
—Cuando escampe.
—¡Pero si no está lloviendo!
—Pues eso; para cuando escampe. ©
FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO 2015