“LUNÁTICOS”
En una vieja caravana de circo, la imagen de
una mujer entrada en carnes figuraba encima del rótulo: “La Mujer Verde”. Al
lado, otra imagen de un hombre con bombín y un generoso bigote anunciaba al “Hombre
de Acero”.
—Será un bombazo. —Dijo la mujer—. Con nuestro
regreso, el público volverá al circo.
—No creas. —Contestó el hombre—. El circo,
tal y como lo conocíamos está muerto. Nadie creerá que tu piel es verde y mucho
menos que naciste de un huevo, como nadie creerá que mis implantes de piel son
de acero, reales…
—Entonces…Tendremos que regresar.
—Me gustaba este planeta…
Las calendas del mes coincidieron con una
gran luna blanca y mágica en el horizonte; en poco tiempo alcanzó su cenit. La
caravana, estacionada junto a otras en Huerta Julián, salió despacio de su
aparcamiento, buscó un lugar apartado y desapareció entre haces plateados de
luz.